miércoles, 29 de octubre de 2008

UNA CARTA


Primavera de 1938.

"Querido papa,

Hoy puedo escribirte esta carta desde una cómoda habitación, en una casa cerca de los Pirineos, hacía mas de 6 días que dormíamos en el bosque por turnos, mama dice que esas casas se llaman "Masías",pero no se, compartimos habitación con dos mujeres mas y 5 niños, yo soy la mayor. Quizás conozcas a sus maridos, están en el frente, en Zaragoza, como tú, no se, ya me lo contaras.
Son las 4 de la tarde y ahora tendría que estar durmiendo, seguimos viajando de noche, por miedo a los aviones alemanes y seguimos alejándonos de los caminos. He conocido a unos hombres de letras y otros que dicen que pintan cuadros, uno de ellos me regaló una pluma y un cuaderno para que pudiera escribirte y guardar estas cartas para ti, el día que vengas a buscarnos, a mama y a mi.
A veces veo a mami llorando, pero ya se que no quiere que la vea, así que sigo tus consejos y soy fuerte por las dos.
Papi, no dejes que te maten, necesito contarte tantas cosas, creo que pronto voy a empezar a ser mujer, y eso me hace necesitarte mucho más que antes.
Mañana , como cada día, cogeré a mis sueños de la mano, junto a mi equipaje, emprenderé de nuevo el viaje , que cada día nos aleja mas de tí. Pero tendré esa sonrisa en mis labios, por mama, por ti y por aquellos que ya no podrán sonreír.

Un beso Papa.
Hasta mañana.

Tu querida hija Manuela.

jueves, 23 de octubre de 2008

UN CUENTO


Vengan, vengan, damas y caballeros, acerquense, ponganse cómodos, escuchen la historia mas tierna del mundo, un cuento que les enternecerá, una leyenda que contar a sus hijos cuando crezcan.
Vengan, acerquense, yo, Guilhem de Peitieu, trovador de ensueños, os contare este susurro tal y como me llego a mi,pero lo contare bajito, casi como un murmuro, pues nunca se sabe quien escucha, y las cosas del alma, hay que contarlas bajitas, casi en silencio, es cuando mejor se oyen.
Están preparados, bien, pues cierren sus ojos, escuchen mi relato:


" Esta es la historia de dos almas, dos almas cualquiera, bien pudiera ser alguna de las presentes, dos vidas distintas, dos realidades diferentes, dos almas que sin saberlo, o sabiéndolo, se buscaban desde siempre, con esperanza, pero casi sin ninguna realidad de encontrarse.
Las dos eran buenas, constantes, sinceras,daban mas que recibían, siempre acoplándose a sus semejantes para que todo fuera mejor, pero siempre con la esperanza de encontrar a su gemela.
Una de ellas llamaba a la otra, con fuerza e insistencia, y seguía viviendo su vida, con la esperanza que ella la encontrara. La otra oiendo su llamada, fue a buscarla y seguía su rastro allí donde estuviera.
Y paso lo que todos esperabais, si, al final se encontraron, no podían negarse el uno al otro, el tiempo juntos pasaba rápido, y en sus ausencias el tiempo se detenía, su paso era angustioso, lento y doloroso.Todo era tan rápido que se les escapaba de las manos, nadie lo podía controlar.
Pero era curioso, una sabia que le esperaba un mundo maravilloso al lado de su otra alma, pero que al final, la realidad se impondría y nunca daría el paso definitivo, por otro lado, la otra estaba convencida de que eso no sucedería.
A mi, cuando me contaron esta historia,no podía creerme que si se conocían desde siempre, que si eran la una para la otra , sus finales se diferenciaran tanto, shhhh.... Silencio,por favor.

Tenéis alma verdad?, pues pensad vuestro final, tal y como creáis que sucedió, solo una cosa, aunque parezca una tontería, los dos tenían razón, solo que quizá las intuiciones de ambos no estaban en orden, es lo que tienen las intuiciones, sirven, pero hay que verlas claras.
Poned el final que mas os guste, vuestra alma os guiara en ello, y contadla como os plazca, vereis que cuando la historia vuelva a vosotros quizá, y solo quizá le podáis cambiar el final, o solo reafirmar el que ya pusisteis hoy. Tampoco importa demasiado, sed puros, románticos, realistas, fatídicos o moralistas.Es solo una historia, nada más que eso".

Gracias por escucharme, y gracias por las monedas. si es que os gusto.

martes, 21 de octubre de 2008

UNA DECISION


Marta se sintió tan atrapada que casi no podía ni respirar, ella se ahogaba en esta realidad que la asfixiaba por momentos. Saber que hacer era su obligación, su deber, todo a su alrededor se desmoronaba, y ella se hundía con ello, así que decidió tomar su propio camino, sin prisas pero sin pausas, el simple pensamiento de que pudiera dañar a alguien con sus actos la atormentaba, ver que los cimientos de su realidad estaban plantados sobre la simple arena desmoronan a cualquiera, pero Marta no era cualquiera, ella era especial, siempre para y por los demás, siempre, nunca nada para ella sola.

El había llegado de la nada, era una utopía echa realidad y eso la desconcertó, las utopías son eso algo que no se realiza, pero el destino la había traicionado, y eso Marta no podía tolerarlo. Siempre controlándolo todo y ahora no controlaba nada, nada, y ese nada la ahogaba demasiado. Hoy Marta corrió, corrió hasta el acantilado, sola ella frente a su destino. Miro hacia abajo y solo vio el romper de las olas en las puntiagudas piedras,
que crueldad, solo una salida para tanto placer, solo una salida para tanto dolor. Giro sus ojos hacia atrás, alguien le gritaba que no lo hiciera, miro al cielo, hoy su luna no estaba , nadie la acompañaba en su viaje, miro hacia abajo otra vez, oscuridad, solo eso entre las rocas, Cerro los ojos y le dio la espalda al precipicio, un aire fresco la hizo sonreír, fue fugaz, pero lo hizo, flexionó las piernas como si fueran un muelle, y sin mirar saltó hacia atrás, se dejo caer , sonriendo.

No sabía si al llegar abajo las olas le amartillarían la caída y llegaría a la orilla, o por el contrario, solo encontraría la muerte entre las rocas, pero mientras volaba, sonreía, si , ella era libre.


miércoles, 15 de octubre de 2008

UNA SONRISA


Abrí ligeramente los ojos, no se cuanto tiempo había estado dormida, pero era ya de noche, la vela de la mesilla me lo anunciaba, su tenue luz solo podía reflejar lo que mas cerca de mi se encontraba, todo quedaba en penumbras, todo , menos la cama, y en ella , el estaba allí, sentado en una silla a mi lado , con la cabeza apoyada en la cama, parecía que estaba dormido...
Tosí lo suficiente para que esputara sangre otra vez, estaba ya muy cansada, el seguía allí durmiendo, a mi vera, como siempre desde que enferme, y sabia que estaría allí hasta el final. Cayó de mi rostro una lágrima furtiva, y sin quererlo le acaricie la cabeza, su pelo largo y rojizo , recogido al final con una especie de coleta, siempre me había fascinado.
Solo a mi tacto reacciono, levanto su rostro y me miro , sonriente, como siempre, parecía que nada enturbiara esa cara.
Oí un suave, " hola vida" y un beso en mi frágil mano. Siempre sonriente, quien podía negarse a esa sonrisa, nadie y menos yo, cuanto le amaba, y que pronto me iría, aunque la vejez estuviera en mi rostro, para mi, el tiempo a su lado, había sido corto, demasiado corto. El me miro a los ojos y vi tristeza reflejados en ellos, pero eso el no me lo diría nunca.
Sabia que el final se acercaba, demasiado rápido, para los dos, así que se agacho un poco y me cogió en volandas. Le acaricie el rostro, " A donde me llevas , no me levantes". Pero el solo se limito a sonreír. Abrió la puerta de nuestra casa y salio a la calle principal, esas antorchas en las paredes iluminaban un lúgubre recorrido, calle abajo, empezó a andar y la poca gente que seguía a esas horas por la calle se apartaba a nuestro paso, nuestra casa estaba marcada con una cruz, como tantas otras cerradas. Siguió andando hasta el final de la calle, paso por la catedral, sin parar siquiera a santiguar se como hacia siempre, y después de la plaza, se dirigió directo hasta el mar, y allí cerca de las olas, aun en el refugio de la arena , se sentó, despacio y me acurruco en su regazo, mirando al inmenso mar, me tapo con nuestra manta de la alcoba y mientras miraba las olas morir en la orilla y me acariciaba el pelo, me susurro: "Sabes, vayas donde vayas iré a buscarte, no te preocupes ahora por eso, vida, nunca es demasiado". Así me dormí, relajada y sonriente, y pensando quizá cuanto tardaría en volver a encontrarme.

domingo, 12 de octubre de 2008

UN ANHELO


Me acerque lo suficiente, sin que me notaras, y allí , detrás de tu espalda, deje escapar un poco de mi respiración, me notaste, te erizaste y ladeaste tu cabeza para notarme. Tus hombros desnudos me incitaban a morderte, pero no era lujuria lo que me arrastraba esta vez hasta ti, así que no hice caso a tu insinuación y desplegué una caricia con el dorso de mi mano en tu espalda. Note como esta se endurecía a mi tacto y se encrespaba, siempre había tenido ese don para ti, encresparte antes de saciarte. Tu respirar me hizo acercarme lo suficiente para que tus pechos quedaran a mi vista, tu sujetador los tapaba , pero yo podía adivinarlos, estaban turgentes, amenazantes, puse una mano debajo de ellos ,sin tocarlos, así me sentías más y me deseabas más. Levantaste tu brazo y me acariciaste el pelo, ahora si estabas rendida, vi en tus ojos cerrados ese deseo de que te besara, y mientras tu mano me arrastraba hasta tu nuca, expire toda mi alma en ese recorrido hasta llegar al final de tu cuello, allí te deje mi beso, donde empiezan tus anhelos, y termina tu cerebro.